Ideas para Meditaciones

Septiembre 2000

Autor:  José María Lorenzo Amelibia

Pagina Web: Mística

                  

     

01.- Asísteme con tu gracia, pues sin ella, ni "Jesús" puedo decir. No podemos principiar, ni continuar, ni concluir cosa conducente para la vida eterna. Ayúdame a reanudar mi trabajo.

02.- Contemplar a Jesús en la cruz. Aceptar los sufrimientos con generosidad. Pedirlo.

03.- Contemplo, Señor, tus penalidades en el trabajo de Nazaret. Enséñame a llevar la cruz de la convivencia diaria en el trabajo.

04.- Dadme luz para conocer el valor de mi alma que te das en Eucaristía. El valor de todas las

05.- Dios creador es mi Padre. Soy su hijo.

06.- Dios es bondad; es amor. Por eso quiere limpieza; quiere amor.

07.- El fuego de tu amor abrasa a los serafines, los enciende. El infierno, castigo. Hic ure... = "Quema, Señor, aquí; corta aquí; no me perdones aquí, para que me perdones en la eternidad".

08.- Agradecer al Señor los consuelos que me ha dado en la fe. Alegrarme hoy con María la Madre de Dios en su nacimiento.

09.- El fuego de tu amor me impulsa a obrar bien. El fuego de tu justicia me da el santo temor de Dios.

10.- El fuego de tu amor me obliga a amarte. El fuego de tu justicia, a temerte.

11.- Infinito, Señor, el brazo de tu misericordia, infinito el brazo de tu justicia.

12.- Jesús me exige. Él antes que los Padres y familia; llevar la cruz; renunciar a todos los bines.

13.- Júzgame con misericordia, Señor. Líbrame del pecado. Líbrame del Infierno. Llévame al Cielo.

14.- Me amas, y sigo pecando. Perdóname. Te azoté; te crucifiqué, y sigo pecando. Perdóname.

15.- Mis culpas llevaron a la muerte a Jesús. Lo mismo lleno de dolores a María. ¡qué mar de amargura para ambos! Señor, pequé...

16.- No podéis servir a Dios y a las riquezas, a Dios y a los placeres.

17.- Oh Jesús, eterno amor: que yo recuerde siempre tu misericordia, pero que no olvide tu justicia.

18.- Oh Señor, si los hombres os conocieran, no os ofenderían, sino que os amarían.

19.- Pedir al Señor la verdadera humildad. Recordar del Evangelio de no buscar los primeros puestos.

20.- Pensar en Jesús y María en el camino de Egipto. Contemplar sus penalidades. Ver el precio de mi alma.

21.- Perdóname, si quieres, soy pecador, pero dame tu gracia; dame tu amor. Y ven, ven a mi pecho, dulce Señor.

22.- Qué bueno eres, Señor, que soportas a este ser tan mezquino, frío y egoísta. Perdóname.

23.- Que conozca los males del pecado. Que me arrepienta y haga penitencia. Jamás ofenderte, Señor.

24.- Repetir: mi alma vale el cariño paternal de Dios.

25.- Salvar un alma. Dadme celo para la salvación de las almas. Dadme el don de oración.

26.- Señor, con la Eucaristía dame de comer; y dame el celo que abrasaba tu alma. Que se salven los alejados. Dales algo.

27.- Soberbio y sensual, no te serví. Pero ahora, aquí estoy, humilde. Perdóname. Dame tu fuerza.

28.- Te abandoné como Pedro. Pero ahora quiero decirte: Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo.

29.- Tú eres bueno, Señor, yo desobediente. Acepto tus medicinas aunque sean amargas. Acepto la muerte. Espero.

30.- Ver a Jesús en la cruz. Pedir amor a la cruz. Entrenarme ofreciendo mis sacrificios. Ser un poco imitador de San Jerónimo: más oración y penitencia.