Ideas para Meditaciones

Octubre 2002

Autor:  José María Lorenzo Amelibia

Pagina Web: Mística

                  

     

01.- Ayúdame a ser una copia de Cristo crucificado y resucitado. Ayúdame a amar las humillaciones.

02.- Ayúdame a vivir la misa, a vivir la comunión. Sentirme todo el día Sacerdote, ofrecerte cada una de mis obras.

03.- Ayúdame, Señor, a abrazarme a las humillaciones, dame la sencillez total. Confío.

04.- Contemplar a Jesús cuando dice: "aprended de mi que soy manso y humilde de corazón, y hallareis la paz en vuestras almas. Mt.11,19.

06.- Contemplar a Jesús manso y humilde de corazón, aprender de el. Pedirle que no reine en mi la soberbia ni el amor propio.

07.- Contemplar a Jesús, jose y María en su trabajo diario. Allí se santificaron. Pedir amor al trabajo. Alma de Cristo, santifícame. En el día del Santísimo Rosario, rezar con devoción los quince misterios, sea mi oración del todo mariana.

08.- Contemplar al niño Jesús en Belén. Pedirle la humildad verdadera con los niños, con los mayores, conmigo mismo.

09.- Dadme saber imitarte, Jesús. Que cuando me alaben, corra al sagrario para humillarme, porque solo soy pecador. Que cuando me humillen me des tu verdadera alegría.

10.- Dame el vivir siempre con paz y alegría espiritual en tus brazos. Tú lo ordenas todo; me someto a ti.

11.- Dame, Señor, el don de la humildad para que las virtudes teologales florezcan en mi alma.

12.- En el día de la Virgen del Pilar pedir de una manera especial por España e Hispanoamérica. Vivir, trabajar, hablar como una prolongación tuya, Jesús, soy tu amigo, a pesar de ser el mas indigno. Junto a ti, me siento bueno.

13.- Ver a Jesús con esa bondad, con esa serenidad y cariño, con esa palabra dulce y buena. Pedirle.

14.- Estando contigo, Señor, me siento mejor, siento mi bautismo y confirmación, siento mi sacerdocio, Ayúdame a estar todo el día contigo, pues soy tuyo.

15.- Pedir la humildad. Mirar a Dios y reconocer ante el mi nada y su generosidad en darnos. No creerme mas que los demás. Verme en los brazos de Dios con paz y alegría espiritual, aun en medio de pruebas y fracasos, incluso faltas morales. Humillarme.

16.- Pensar en mis faltas. Pedir por ellas perdón al Señor. Pensar en lo bueno y dar gracias porque ha sido conmigo el Señor misericordioso.

17.- Que sienta la necesidad de ser santo, para ser apóstol de verdad, Señor.

18.- Dadme en medio de mi miseria un poco de tu santidad, para hacer algo por tu reino. Quiero tu gloria, Señor.

19.- Crsitiano siguiendo los criterios d Cristo Jesús. Cuando me toca sufrir, ser víctima unido a la pasión. Reparar por los pecados del mundo.

20.- Señor, dadme el don de abnegación, hazme sacerdote santo, y danos sacerdotes santos para alentar nuestra esperanza. Que sea un instrumento útil en tus manos. Vivir contento y silencioso ofreciendo a Dios mis obras por las misiones. Pedirle humildad y no despreciar a los que están en el poder.

21.- Señor, dadme una vida santa, y danos sacerdotes santos. Hermosa la vida y la muerte de un santo.

22.- Señor, dame la humildad, y dame con ella tu gracia. Derrama tu gracia sobre mi corazón. Que quiero ser del todo tuyo.

23.- Señor, me alegro y te agradezco esta marginación. Ayúdame a pensar más en Ti que en m í. Que no me importe el ser consolado, sino el consolar, el ser arrinconado, sino el arropar a los demás.

24.- Señor, me humillo ante ti. Soy pobre en virtud y lleno de defectos. Pero todo lo puedo con tu ayuda.

25.- Señor, siempre unido a ti, para amarte como sacerdote. ¡darme a las almas!

26.- Señor, vivir una vida de fe vivísima, de confianza plena, de amor ilimitado, arraigado todo en una humildad sincera.

27.- Soy cristiano. Dadme fuerza y amor para reparar, para impetrar en nombre de Jesús, para adorar y propiciar por los pecados del mundo.

28.- Soy cristiano. He de ser mediador entre Dios y los hombres. Pedir por los pecadores; por la jerarquía; por los sacerdotes y almas consagradas.

29.- Ver a Jesús en Nazaret. Trabaja con humildad sencilla. Pedirle la humildad y el amor a Dios y a la iglesia en todo. Ver a Jesús, maestro de la fe, con la serenidad que inspira respeto, con la amabilidad que atrae y encanta.

31.- Ver a Jesús que pasó haciendo el bien. No engreírme con el éxito, ni entristecerme con el fracaso, tal vez no lo sea. Dadme la verdadera humildad.