Eucaristía

Centrados en el misterio

Autor:  José María Lorenzo Amelibia

Pagina Web: Mística                  

     

Envidio a quienes saben decir ideas sutiles y llenas de amor en torno al Gran Sacramento. ¡Quién pudiera inventar himnos como el de Aquino o requiebros amorosos a Jesús como San Buenaventura o Agustín, el "Águila de Hipona". Deseo al menos ser concha que remansa aguas limpias y la derrama con suavidad sobre personas sedientas de amor a Dios. Ojalá después, entre todos, formemos el océano inmenso de fervor eucarístico.

¡Eucaristía y comunión! Centrados en el misterio. Y, desde allí, unirnos a nuestros hermanos para quererlos, ayudarles, estar con ellos. "Desaparezcan los odios y rivalidades, y en medio de nosotros esté Cristo - Dios".

Es indigno de quien convirtió su alma en casa de Betania, abrir las ventanas para las rencillas, intrigas y críticas estériles; ruido mortífero del servidor del Señor. En la estancia en que ha entrado el sol, no pueden habitar sabandijas de ingratitud y enemistad.

Ser concha, sí, que retiene la caridad eucarística y rezuma por doquier las intenciones de la simple oración franciscana:

"Donde haya odio, ponga yo amor, donde haya tristeza, ponga yo alegría; donde haya discordia, ponga yo el perdón".

Vamos a sembrar devoción a la Eucaristía por todos los medios; ojalá puedas simpatizar con estos sentimientos. Céntrate en el misterio. Que de la Sagrada Mesa han nacido ansias de santidad, de entrega al prójimo; y ha brotado la verdadera alegría de la vida, fundada en la inmortalidad dichosa.