En el ameno huerto deseado

Ha resucitado

Autor:  José María Lorenzo Amelibia

Pagina Web: Mística                     

 

Durante la cuaresma pasada llegaste a descubrir la fuerza negativa de los apegos en tu caminar hacia Dios. ¡Generoso tu deseo de sacrificio! Ahora contemplas con gozo a Cristo resucitado. ¡Asciende con El hacia la altura! Has dejado la liga pegajosa: lastre en el vuelo de ave del espíritu. Has renunciado a tu agradable esclavitud. Hoy es día de gozo. ¡Abandona con Jesús los sepulcros de la muerte! Tropezarás, sí, con el fantasma del hastío; volverá de nuevo la dificultad; encontrarás días de escasa fuerza interior. ¡Arrastra tanto la cadena del placer!

¿Por qué no dejas actuar a tu Dios resucitado? ¿Por qué no le dices en la oración: -"Prisionero me hallo del amor propio, pero tú eres mi libertador?" "Me darás, Señor el don de las alturas; nada soy, pero todo lo puedo en Aquel que me conforta." Practica algún pequeño sacrificio para mover el corazón de tu Dios. No confundas la Pascua con el gozo de los sentidos. Mientras elaboras la obra de perfección, Jesús resucitado dará el incremento a tu empresa apostólica. Libre ya de todo género de apegos, caminarás con gozo junto a tus hermanos hacia la gran Pascua.

¡"Quienes habéis resucitado con Cristo buscan las cosas de arriba, gustad de las cosas de arriba."!