En el ameno huerto deseado

Cuaresma 1999

Autor:  José María Lorenzo Amelibia

Pagina Web: Mística                  

     

Año tras año, cuando se acerca la primavera, suena la campana de la conversión: se repite en su giro místico la cuaresma. Convierte, amigo, tu alma al Padre en este tiempo santo de 1999.

El lago diáfano de Genesaret conserva en sus aguas mansas la primera invitación de Jesús a la transformación total y apostólica.

-"Ven y sígueme." Decía Cristo a sus elegidos.

Millones de personas, jóvenes y maduras, han respondido desde entonces al Señor: "Aquí estoy; enséñame a cumplir tu voluntad. Quisieran no tener nada, para ir libres a cualquier parte."Se han dado cuenta de su misión personal; algo propio; en mutua intimidad con Jesús.

Tú también, hermano querido, escuchaste un día la llamada del Señor. Te diste cuenta de que el Maestro sólo quiere almas voluntarias. El nada impone; insinúa; abre horizontes; no apaga la ilusión; enciende su luz; hace brotar manantiales de agua que salten hasta la vida eterna.

El silbido amoroso del Pastor ha llegado hoy hasta el fondo de tu alma. No has cerrado tus oídos. Has acogido la semilla santa para que desarrolle hasta la madurez de una vocación permanente.

Debes escuchar la llamada de Cristo: "Tú sígueme."

¿A qué esperas? Deja ya a un lado tus ideales pequeños, ese lastre inútil adherido a tus alas, y lánzate en vuelo de águila a las alturas.

En esta cuaresma, y en toda la vida sobre la tierra, serás tú luz para iluminar, sal para preservar de la corrupción, levadura que transforme la masa, fuego para abrasar los corazones fríos, porque "El os bautiza en Espíritu Santo y fuego."