En el ameno huerto deseado
Aventura interior
Autor: José María Lorenzo Amelibia
Pagina Web: Mística
Desde tu juventud has degustado con afán la emoción de la aventura: descubrir por ti mismo lo nuevo. Sentías en ello placer del alma nada fácil de explicar. Llamaba tu atención el paraje desconocido; la entrada solapada; el bosque sin caminos; un desierto cuando acaricia la línea del horizonte.
Hace ya algunos años, el Señor puso ante tus ojos el gran ideal del hombre interior: la aventura de la fe con todas sus consecuencias en entrega generosa a los hermanos.
Adéntrate en estos mundos, alejado de toda comodidad. Has comenzado tus incursiones por terrenos desconocidos. Con frecuencia desciende la niebla y tú mismo ignoras por dónde vas. Contabas con ello. Ya te lo habías formulado. En momentos de incertidumbre, no te deslices por el camino fácil: lleva al barranco sin retorno. Tú sigue hacia las alturas. Para ello, antes de amanecer, mira la brújula, dirígela a su Norte: Cristo Resucitado.
En prolongada estancia mañanera junto al Sagrario, Él fortalecerá tu alma para al camino. Recuerda a los grandes amantes de de la Eucaristía en nuestro siglo: A Don Manuel González obispo de Palencia, pronto beato. Al P. Nieto, director espiritual de Comillas durante varias generaciones. Ellos calaron en las almas, porque profundizaron en Dios.