En el ameno huerto deseado

Abrete a la amistad

Autor:  José María Lorenzo Amelibia

Pagina Web: Mística                     

 

Soñaba mi amigo en grandes proyectos del siglo y de eternidad. Las hojas del calendario caían silenciosas. El cesto de los papeles rebosaba de horas de entrega al mudo quehacer.

Un día mi amigo despertó de su letargo invernal. "Abramos la puerta a la alegría de la amistad" - exclamó. El mundo espera el testimonio de nuestro amor."

Redujo mi hombre el tiempo de sus profundos estudios y proyectos en los negocios de lo secular y eterno. Marchó en busca de los viejos amigos y de la nueva fraternidad.

Comprende tú, hermano, que el Evangelio no se difunde tan sólo escribiendo libros de poesía o calculando la estadística de los no practicantes.

Has de bajar de la tribuna de tu sabiduría y ofrecer la mano a cuantos te rodean.

Todas las personas del mundo han de constituir el futuro potencial de tu cariño y entrega. Abre las puertas de tu casa. Ofrece a cada uno la mano y el corazón. Y no aflojes el afecto de los unidos en amistad con lazos de años antiguos. Ellos tal vez dieron a tu alma bríos e ilusión. No les dejes en la estacada, cuando, tal vez su alma se encuentre flotando a merced de las olas.

Mira que la amistad engendra vida y alegría, amor y gracia de Dios. Que el mundo será mejor si tú y yo ofrecemos nuestras almas de par en par con acogida generosa; y una vez abierta la entrada de nuestro corazón, no la cerrará de nuevo el bochorno de la indiferencia.