Ejemplos de Vida

Don Félix Beltrán, celo aun en la enfermedad

Autor:  José María Lorenzo Amelibia

Pagina Web: Mística                  

     

El 18 de diciembre de 1999, dejaba este mundo Don Félix Beltrán. Sacerdote verdaderamente santo a los ojos de muchos, sin que con ello queramos prevenir el juicio de la Iglesia. Quisiéramos calar profundamente en su interior para conseguir transmitir lo que hacia él sentíamos, pero cuando se trata de reflejar la intimidad de una persona con Dios, no es tarea fácil. Don Félix era un enamorado de Dios y de su sacerdocio, y un hombre que trabajó y se deshizo por conseguir un aumento de la santidad en sus compañeros los sacerdotes.

Aun Después De La Afección Cardiaca

La afección grave de corazón, que el año 1995 hizo presa en Don Félix, no le acomplejó. Después que le colocaran un marcapasos me comentaba: - Me encuentro perfectamente bien. Hoy mismo le preguntaba al doctor si puedo ir a Zaragoza unos días con mi hermano, y me ha dicho que sin duda ninguna. Le pido al Señor que me haga serle fiel; lo nuestro tiene que seguir adelante. Cada obispo en su diócesis tiene que formar promotores que, humildemente, sin etiquetas ni cargos, contagien de espiritualidad masiva a todos los sacerdotes; empezando por el Seminario.

La semana próxima tengo unas conferencias cuaresmales en una parroquia de Madrid; sólo un acto general a la noche; pienso imitar a esa catequista sevillana que se quedaba una hora delante del Sagrario antes de impartir su catequesis; una hora delante del Señor pidiéndole que Él hable por mí. Ya he iniciado mis pláticas a algún convento de especial amistad y recuerdo. Ya les dije que hablaría a los fieles como les hablaría a ellas, descubriéndoles que también ellos están llamados a la vida contemplativa, porque están llamados al amor de Dios. Quiero enseñarles a amar al Señor. Claro que les hablaré del pecado, pero antes, del amor; que sólo a través de él se desprecia y combate el pecado. ¿Por qué negar al Señor el gozo que las almas le darían si le amaran, y por qué privar a ellas del gozo que para ellas supusiera este mismo amor? ¡Solamente los sacerdotes enamorados de Jesús podrán ser felices y hacer felices a los demás!

Tampoco le gusta a Don Félix jugar con su salud o abandonarse; y me dice al respecto que practicaba periódicas revisiones de su corazón. En cuanto a sus deseos de vida contemplativa, nunca fue exclusivamente contemplativo; no pudo tomar para sí del todo "la mejor parte". Vivió una vocación mixta: orar y dar a los demás el fruto de su contemplación.

En la revisión - me dice en una carta - me han encontrado perfectamente. Siempre pedí al Señor la oportunidad en mi jubilación de pasar tantas miles de horas hablando con Él como pasé hablando de Él, pero que en este tiempo también me dejara hablar de Él como antes; y me da la impresión de que ambas cosas me las está concediendo. Pide al Señor que me conceda la gracia de serle fiel.

¿Quién sabe? Tengo cierta esperanza de poder realizar aquello que tú sabes que me propuse en el año 1952. Y ahora con más razón. Se trata del cuidado de la espiritualidad y de la santidad del clero diocesano. ¡Cuánto lo necesitamos en este mundo tan desacralizado, que tanto nos necesita por eso mismo! Y Dios lo quiere.

Cada día siento más ganas y necesidad de hablar de Dios; pido al Señor que me dé esa oportunidad. De salud, perfecto. El marcapasos, hasta dentro de un año no tengo que volver a revisión; me han hecho un análisis de sangre, y todo en perfecta normalidad.

Admira El Apostolado De Su Hermano

En Zaragoza he estado unos días muy felices con mi hermano y con la Pilarica. Mi hermano también me hace mucho gozar con la labor pastoral familiar que está desarrollando en otro campo. Miles de alumnos han pasado por sus manos, y fruto de ello, se pasa la vida, amén de dos horas diarias en el confesonario en el Pilar, en bodas y bautismos, y con padres de alumnas a quienes ayuda en su vida. También fue profesor del Seminario; el nuevo obispo auxiliar fue alumno de él. Para que me animes con tu oración quiero y planeo enviar a algunos obispos de confianza aquel proyecto de que te hablé de formar grupos de sacerdotes dedicados totalmente a ayudar a sus compañeros presbíteros en su vida espiritual. En aquellos años se me murió el obispo que tenía decidido comenzarlo en su diócesis.

Hasta El Fin De Su Vida

Cinco meses antes de partir a la casa del Padre estuvo Don Félix en una residencia veraniega de tercera edad haciendo de capellán y hablando con fervor juvenil a aquellas personas ancianas. Su predicación arrastraba también ahora como en su juventud. Afirmaba que Dios le había hecho gozar enormemente en esta ocasión, porque veintiocho doncellas de avanzada edad, pero a las que Dios ha querido enamorar más intensamente, sería para llorar de alegría. "Una sencilla charla - oración diaria brotaba de mi corazón y de un modo especial me inspiraba el Señor. Es nuestra misión: enamorar de Cristo a las almas".

Quince días más tarde volvió de nuevo a la colonia de ancianas de tercera edad. - No te puedes hacer idea del bien que me ha producido esta actuación. Me ha urgido de modo especial a continuar en nuestra labor de santidad sacerdotal como sea.

Le ilusionaba en los últimos meses de su vida volver a los tiempos de su juventud para animar a las religiosas en la campaña por la santidad de los sacerdotes: - Presiento que volveré a mi labor con las religiosas; ya he comenzado y soy aceptado. Mi salud me incita a interpretar que Dios quiere de mí esto. Me pondré en contacto con e vicario de religiosas. Así escribía tres meses antes de morir.

Los días siguientes siguió preparando su plan para dedicarse a la campaña de santidad sacerdotal exhortando a las religiosas de Madrid. Se sentía con fuerza y con ilusión juvenil. Atrás quedaban los años de Alcuéscar de vida retirada y contemplativa; en su alma siempre joven, se mostraba querer compaginar la vida contemplativa con la activa. Más horas de oración; mucho madrugar para ello y acostarse no demasiado pronto. Él era el primero en entrar en la capilla y el último en salir.

Su último año fue como un hervor sobrenatural: oración sin fin; entregarse al apostolado de la vida contemplativa; escribir el libro de los Ejercicios Espirituales y reeditar el maravilloso de "El Sacerdote de hoy de siempre"; todo lo llevaba en el alma, pero con paz, con mucha paz aunque no llegase a todo. El 3 de octubre de 1999, se puso en contacto con la empresa espiritual - editorial "Mensajeros de Vida" de Santander que ya le había publicado varios folletos: "A su disposición están mi persona, mis escritos y mi dinero si lo tuviese; les puedo decir que pido al Señor me dé el dinero, aunque sea a través de la lotería, con la promesa escrita de que sólo lo emplearía en estas cosas". Anteriormente le habían publicado varios folletos; entre ellos: "Patrono y obrero" y "El celibato".

Sufría Por Y Con La Iglesia

Verdaderamente es lastimosa la situación de la Iglesia , y que tanto nos tiene que estimular para agradecer al Señor el don de la fe, y a Él hemos de pedirle la fidelidad con que hemos de servirle, que se ha de manifestar en la valentía con la hemos de proclamar con las obras, es verdad, pero no menos, nosotros los sacerdotes, con la predicación, sabiéndonos poseedores y maestros de esa verdad... Hemos escrito una nueva carta a los obispos. Dios sabe la eficacia que tendrá, pero ciertamente la tendrá.