Desear con ardor al Jesús de Belén

Autor:  José María Lorenzo Amelibia

Pagina Web: Mística

                  

     

Deseo en esta Navidad el amor a Jesús hecho Niño, hecho Eucaristía. ¡Vivir siempre en el fervor constante, como los grandes santos enamorados de la Misa y del Sagrario!

Viene a mi memoria la figura de un gran místico de nuestro tiempo: el hace unos meses canonizado, padre Pío de Petralcina; aquel santo capuchino de quien oíamos en nuestra infancia que Jesús le premiaba con sus sagrados estigmas.

El padre Pío exclamaba en una confidencia a su director: "Cuando me hallo con Cristo Sacramentado, los latidos de mi corazón son muy fuertes; a veces parece que se me quisiera salir del pecho; otras siento a la caída de la tarde todo mi ser de tal manera que no sé cómo describírselo; la cara me abrasa".

Algunas veces también tú has notado los latidos fuertes del corazón, cuando comienzas a escuchar la noticia de algo muy deseado; cuando aparece tu número en la lista de los grandes premios. ¡Así latían los corazones de algunos santos por el amor al Señor!

Vamos a pedirle esta gracia en Navidad. Sentir en alguna ocasión con tal viveza el amor a Jesús que ya no podamos jamás apartarnos de Él. Que al ver un Sagrario, un Belén, la Sagrada Hostia en nuestras manos, a punto de ser recibida en el corazón, de tal manera nos atraiga que perdure este recuerdo la jornada íntegra; que desde ese momento, el sacrificio o el amor a nuestro semejantes, el fervor por la extensión del Reino, sean pura consecuencia de nuestro amor apasionado a Aquel que se entregó por nosotros en la primera Navidad.