Reflexiones desde la debilidad

El mundo va mal

Autor:  José María Lorenzo Amelibia

Pagina Web: Mística

                  

     

¨Lo recuerdas? El comienzo de la enfermedad resultaba inaceptable. ¨Por qué a mí? Después, poco a poco, lo fuiste asimilando. Comprendiste el significado de "enfermo crónico" en propia carne.

Tu vida después casi era normal; pero no podías desempeñar la misma actividad de los tiempos de salud. Había límites imposibles de traspasar.

Alegría por la recuperación; tristeza al pensar: ¿qué va a ser ahora de mi vida? ¿Para qué sirvo? Sólo molestar a quienes se han de ocupar de mí.

Pero descubres en tu existencia muchas horas libres. ¡Y días de soledad! En los comienzos te resultaba tedioso y triste. Con el tiempo optaste por dedicar menos horas a la televisión y más a otras actividades. Todo ha ido cambi ando poco a poco. Disfrutas ahora en tu nueva actividad de pensador. Así discurría tu entendimiento:

- El mundo está mal. ¡Qué distinto de los años de nuestra juventud! ahora mucha gente ya no tiene fe. Las buenas costumbres enseñadas por nuestros padres y educadores se van perdiendo. Duros son estos tiempos.

Vienen a tu memoria pláticas escuchadas antaño en tiempo de ejercicios espirituales.. Aquello de la Comunión de los santos: podemos ayudar con nuestra oración y sufrimiento a la conversión de los pecadores, de los incrédulos, de quienes se han olvidado de Dios. Podemos ser misioneros desde aquí.

Y se abren nuevos horizontes.

Sí, el mundo necesita del enfermo. Has de procurar más oración, menos distracciones inútiles ante la pequeña pantalla.

Yo estoy seguro: el mundo cambiaría a mejor en poco tiempo si todos los enfermos ofrecieran a Dios su dolor y su oración sencilla para la conversión de la humanidad. Y si esto te parece muy abstracto, ofrécele todo al Señor por tus amigos, conocidos, sacerdotes o gobernantes. Que buena falta hace.

A empezar hoy mismo.