Reflexiones desde la debilidad

Desde mi ventana

Autor:  José María Lorenzo Amelibia

Pagina Web: Mística

                  

     

Mientras te escribo veo desde mi ventana una cola de gente en el
despacho de lotería. ­ Cuánta fe en el dinero! Las iglesias se cierran
y se multiplican los centros de posible "suerte". Yo no sé si a esta
cola de personas les habrá tocado algún dinerillo o no. ­ Pero qué
ilusión! 

Y reacciona mi inteligencia con este pensamiento: La fe, qué
buena es la fe. Lo importante es que mis criterios normales estén
todos en consonancia con mi credo. He de cambiar mucho en lo
relativo a preocupaciones del futuro, sencillez, amor al prójimo,
desprecio del poder económico, del dinero... ­ qué campo de acción
espiritual tan vasto...! 

Durante mi juventud estuvo de moda una canción que decía así:
"A lo loco, a lo loco, a loco, a lo loco se vive mejor." Y una
anciana decía a su nieto cuando la entonaba: "A lo loco se vivirá
mejor, pero se muere peor." 

Por supuesto, para dar con garbo el paso a la eternidad es
preciso vivir bien, mantener la fe hasta lo último. 

De vez en cuando la Providencia nos da una llamada de atención,
un estirón de orejas para aprender a plantearnos la vida con
seriedad: unos meses de enfermedad, una intervención quirúrgica, la
muerte de un ser querido... El contratiempo, lo que llamamos
desgracia vulgarmente, es un signo del amor de Dios que nos solicita
para Sí. 

Ojalá, amigo enfermo, tuviéramos tú y yo el mismo talante de
Ignacio de Loyola. El practicaba y enseñaba a los demás la
indiferencia cristiana: "Lo mismo me da salud o enfermedad, riqueza
o pobreza, vida larga o corta". ­Y qué razón tenía! Nuestra
existencia terrena dura el tiempo de un relámpago en comparación con
la luz eterna. 

Ver en el dolor una bendición de Dios. 

La vida larga importa menos que la vida santa. ¨Cuántos años
tendré que cumplir yo todavía a este paso para ser santo...?
¨Cuándo aprenderé a enjuiciar todas las cosas con los criterios
de Dios? ¨Cuándo iré creando en mí ese "instinto" divino de mirar
todo bajo el prisma de la fe?
Lo verdaderamente importante es amar a Dios y al prójimo por El.
Y que el Señor esté con nosotros ahora y por siempre.