Reflexiones desde la debilidad
Amigos en la fe
Autor: José María Lorenzo Amelibia
Pagina Web: Mística
En una reunión de amistad nos propusimos una cuestión clara, contundente. Algo que a todos nos sobrecoge, aunque pretendamos disimularlo:
-¿Qué harías si te encontraras enfermo terminal? ¿Cómo reaccionarías?
La pregunta tiene bemoles. Y hecha así, a bocajarro, parece traumatizante. Hoy la gente rehúsa estas cuestiones incluso en su fuero interno. Prefiere evadirse de todo pensamiento trascendente.
Nosotros le plantamos cara al asunto. Y, de verdad, nada de traumas; nada de esquivar el bulto. Todos y cada uno de los cinco componentes del grupo fuimos dando nuestra solución. Y resultó gratificante constatar que la respuesta de los amigos siempre iba fundamentada en la esperanza cristiana.
Se me grabó de un modo especial la ofrecida por el compañero más vitalista de todos; el que sabe bien del trabajo y de la honesta expansión.:
- Me ha tocado mucho en la vida ayudar a enfermos. No sería capaz de contar el número de cuantos he visto dar el paso de este mundo hacia la eternidad. He comprobado cómo Dios ayuda a aceptar con gran paz tanto la enfermedad como la muerte. Pienso que el Señor me ha de ayudar y confío. Algunas veces mi meditación consiste en contemplarme imaginativamente postrado, sin ganas de nada, en el lecho del dolor. En los comienzos me resultaba este pensamiento lastimoso, desagradable. Ahora lo acepto de antemano. Confío. Pido a Dios su ayuda y sé que no me ha de faltar.
Es necesario, sí, pedir a diario el don de la perseverancia final.
Aquella costumbre de nuestros mayores de rezar a San José abogado del bien morir- un Padre Nuestro para que nos conceda este don -, no ha desaparecido, y es conveniente no olvidarse de ella. Se trata del "gran negocio" de nuestra existencia. Porque -se leía en el frontispicio de un cementerio-: "En este mundo, señores, que es de la selva la llave, aquel que se salva, sabe; y el que no, no sabe nada."
Amigos en la fe, grupos de apostolado parroquial, comunidades de religiosos: merece la pena alguna vez formularnos esta pregunta: ¿Cómo reaccionarías si te encontraras ahora enfermo terminal?