Poca ciencia embriaga

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

En el libro, Luz del Mundo, Peter Seewald le pregunta al Papa Benedicto XVI por un resurgir del positivismo que sólo reconoce como válido el conocimiento científico excluyendo otras áreas del saber como la ética o la teología. Para ello cita a Werner Heisenberg, premio Nobel de física y uno de los más ilustres científicos del siglo pasado por sus aportaciones en el área de la mecánica cuántica: “El primer sorbo de la copa de la ciencia vuelve ateo, pero en el fondo de la copa está esperando Dios”.

 

Francis S. Collins, científico americano, premio Príncipe de Asturias de Investigación, llegó a la misma conclusión cuando descubrió la casi infinita espiral del genoma humano. También él cayó rendido ante la sabiduría de Dios que ha hecho todo con magnificencia. 

El Papa afirmó que un poco de ciencia embriaga la mente, pues los conocimientos aislados pueden llevar al ateísmo, porque con ese poco se piensa que ya se sabe todo, pero no basta, hace falta ir más adelante y alcanzar una percepción del conjunto donde está Dios sin lugar a dudas.

Los grandes científicos nos dan lecciones de modestia intelectual y nos enseñan a evitar la ridícula postura del que se jacta de sabio sólo porque descubrió el hilo negro.