Curas a contraluz

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

En España se aplicó una encuesta a una buena cantidad de sacerdotes para saber cómo se piensan en una sociedad cambiante. Las respuestas mostraron una gran variedad de tonos abigarrados, algunos se reconocían progresistas y otros conservadores, los había calzados y descalzos, sin barba y barbudos, con hábito o sin él, pero lo sorprende es que prácticamente todos, el 97% afirmó que si volviera a nacer, no dudaría en elegir ser otra vez cura. ¿Qué significa esto? Que los curas saben y se sienten curas. Han elegido un camino contra corriente y esto habla de personas radicalmente libres y definidas. Hombres dispuestos a renunciar a formas de vida mucho menos exigentes a cambio de una felicidad difícil y puesta a prueba cada día. Hombres que ingresaron al seminario siendo adolescentes con el corazón henchido de anhelos e ilusiones. En casa convivimos con uno de 82 años que reza en la capilla desde las 4:30 am, que sigue visitando enfermos y ungiendo moribundos, que siempre tiene tiempo para escuchar al afligido y dispensar palabras de consuelo. Se llama Gustavo y será uno más, en la milenaria cadena de santos anónimos, que pasaron por este mundo derrochando el amor y la gracia de Jesús con espléndida generosidad.