Relaciones sexuales

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Una madre llevó hasta un árbol de mangos a su amadísima hija cuando ésta le preguntó con toda la inocencia del mundo, cuándo debía tener relaciones sexuales, como lo enseñan en los programas, lo exhiben en las películas y se comenta entre las amigas. Comprendió con nostalgia que su hija estaba dejando atrás el maravilloso mundo de los sueños y las fantasías. –Arranca ese mango verde y cómetelo-, le ordenó. La niña sólo alcanzó a dar una mordida cuando sintió escaldada la lengua, un amargo sabor le hizo arrugar la cara y sufrir dentera. –¡Está horrible!- reprochó al tiempo que lo escupía. 

–Ahora, hija, prueba este otro mango maduro, de piel suave, dulce y carnoso. ¿Verdad que sabe bueno, te agrada y alimenta? Lo mismo ocurre con las relaciones sexuales. Si las pruebas antes de  tiempo, te dejarán el alma, el corazón y la conciencia  destemplados, pero si esperas a que tu cuerpo, tu psicología, tu corazón y el de tu pareja también maduren, será lo más bello que puedas experimentar, pues Dios nos hizo para el amor.

-¿Y cómo sabré eso? – Cuando te cases, pequeña.