Consumismo

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Llegaron las fiestas de navidad y con ellas el aguinaldo, los regalos, los alumbrados y la seducción de las compras. Los almacenes engalanan sus vitrinas con juegos de luces y colores buscando atrapar la atención del ingenuo caminante y arrastrarlo como por hipnosis hacia su interior para que adquiera alguno de los artículos que seguramente jamás imaginó comprar cuando salió de su casa. Los milenarios mercados persas siguen de moda en los bazares. Allí se expone de todo lo que seguramente no necesitas. Tuve la oportunidad de pasar por París, la ciudad luz, y parado en una esquina de la zona comercial, me sentía como en el interior de un hormiguero majestuosamente iluminado, rodeado de cientos de personas que se agitaban tratando de comprar y comprar. El consumismo nos ha calado a todos, ricos y pobres, a todos les gusta comprar. La única diferencia está en el sitio y en el precio. Me parece que estamos a tiempo para vacunarse contra la fiebre del consumismo y antes de rendirte al hechizo del comprar, pregúntate: ¿Esto realmente lo necesito? ¿Lo estaba buscando? O incluso renunciar a comprar algo que te gustaría tener para llevar algo de mercado a los pobres. Esto último hará diversa tu navidad.