Barreras que separan

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

John Boyne escribió un tierno y emocionante libro que les recomiendo leer: El niño con el pijama de rayas. Se trata de un texto que describe, desde los ojos de un muchacho de 9 años, uno de los períodos más infaustos de la historia de la humanidad. Dos mundos antagónicos, separados apenas por una interminable muralla de alambre que experimentan el mismo drama y la misma tragedia. A través del pequeño Bruno comprendemos el daño tan grande que se genera cuando levantamos muros que nos aíslan de nuestro prójimo ya sea con silencios, indiferencias, desprecios, prejuicios concebidos por problemas mal sobrellevados, por amor propio herido, por orgullo o susceptibilidad. Los muros siempre tienen dos frentes y ejercen el mismo efecto hacia ambos lados, por lo cual nunca hay un ganador y un perdedor. El muro de Berlín se puede levantar en el seno de una familia, en un aula de clases, en una oficina. ¡Cuántos corazones cruelmente amurallados por el odio! No podemos permitir que se sigan levanto muros entre los pueblos fomentando odios o entre las naciones. La peor prisión, decía el Papa Juan Pablo II, es un corazón incapaz de amar.