Unidos ante el peligro

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

La historia es maestra de la vida porque nos enseña aciertos y errores de aquellos que nos han precedido. Una de sus sabias lecciones es constatar el efecto de solidaridad que se produce en las naciones y pueblos en momentos de peligro, ya se trate de guerras, estrechez económica o desgracias naturales como los temblores, deslaves o epidemias. Las amenazas conducen a la unidad, mientras que en las soluciones se genera la diversidad. Cuando se corre peligro de inmediato se unen todos sin importar ideologías, credos o clases sociales. Salvar la vida es lo primero. Por este motivo no faltan los gobiernos que provocan la guerra, los conflictos e infligen desgracias a su mismo pueblo, pues saben que el temor les asegura la permanencia en el puesto y el sometimiento total de la plebe. En cambio, en tiempos de paz, de inmediato se desatan los conflictos internos por la diversidad de opiniones, intereses y enfoques. Las grandes potencias surgen cuando se aprovecha el tiempo de bonanza para trabajar todos por un proyecto común. El líder tiene un mayor reto: lograr sumar las voluntades en orden a un único fin.