El tábano

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

El tábano es un insecto molesto por el zumbido que produce su vuelo, fastidioso, capaz de crispar los nervios al más paciente y de hacerlo saltar si se le acerca al oído. Pero como no todo en la vida es malo, este pesado animalito tiene la noble tarea de despertar cada mañana a los caballos, sacarlos del letargo y obligarlos a sacudir la crin y la cola.
En la sociedad existen roles que se asemejan al tábano, pienso en los columnistas, en los profesores, en los creadores de opinión pública, incluso en los sacerdotes. Ellos deben zarandear con su palabra o sus escritos a la gente para que despierte y tome consciencia de su responsabilidad social, profesional, ética y espiritual. No pueden callar porque su misión es advertir peligros, denunciar amenazas, sacar de la apatía y de la indiferencia al pueblo.
Lo malo es cuando el tábano se convierte en sanguijuela que ya no sólo incomoda, sino que hiere y lastima. ¡Qué grave sería para un comunicador el confundir a la gente, engañarla o deformarla! Los tábanos, aunque molestos, son necesarios, pero a las sanguijuelas hay que exterminarlas.