Y usted, ¿qué opina?

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

En una tertulia de amigos, se comenzó a hablar de la suerte que están corriendo algunos conocidos. De la fortuna de unos y de las desgracias de otros. Las hipótesis fueron muchas y muy variadas, pero finamente nos instalamos en dos enfoques diversos. Unos retenían que la clave del éxito está en aprovechar las oportunidades que te brinda el presente. Que el pasado y el futuro no nos pertenecen y que lo único que realmente podemos hacer es aprovechar el momento actual para ser feliz y para realizarnos en el trabajo, en el amor, en la familia, en la naturaleza. Cada instante esconde un poco de felicidad. Es imposible programar la vida, sólo nos queda acogerla un instante tras otro. Los otros decían que el presente es fruto del pasado. Que el pasado nos persigue como la propia sombra y que los aciertos o errores cometidos en el pasado nos condicionan sin lugar a escapatorias. Nuestra historia la llevamos encarnada a modo de carné de identidad. La fama cultivada, los triunfos alcanzados, los resultados obtenidos, las virtudes adquiridas. Todo esto condiciona el presente y la proyección del futuro. Ante estas dos posturas, ¿Usted qué opina?