Un nuevo feminismo

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

En el mensaje del Concilio Vaticano II a las mujeres la Iglesia se siente orgullosa de haber llevado la causa de la mujer a los niveles del varón, iguales en dignidad, iguales en sus derechos. La Iglesia también es mujer, esposa, madre y maestra. ¿Cómo no iba a defender a la mujer y exaltar su papel fundamental en el mundo y en la Iglesia? La mujer, con su “genio femenino”, humaniza todas las relaciones y les da el toque y la dimensión propia de su naturaleza. Hoy en día se ha perdido el respeto por la mujer y se le ha despojado de su encanto femenino en su maternidad, en su rol fundamental de pilar del hogar, de educadora y transmisora de la vida y los valores. Este estado de cosas es producto del feminismo ácido e intransigente y del machismo. Gracias a Dios está pasando de moda y ellas mismas se van dando cuenta de que no se pueden desvirtuar. Ahora está naciendo un nuevo feminismo que respeta la diferencia y alaba el complemento. Hay mujeres modernas, jóvenes, que están tomando el liderazgo de las causas de la vida, la familia, el amor, los valores humanos y religiosos. La mujer es la gran reserva de la humanidad, decía Juan Pablo II y tenía mucha razón.