Tumores

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Por ahí se extiende este germen contagioso. ¡Epidemia! Los síntomas son muy variados. ¿Será benigno o maligno? Rostros castigados por la jornada, pero sonrientes. Ojos brillantes y encendidos de un intenso azul. Párpados cansinos que inyectan guiños de ilusión. Carnes tatuadas de felicidad y alegría. Cuerpos, aparentemente inútiles, incluso atrofiados por la enfermedad, que esconden almas suaves, limpias, elásticas, ¡vivas y calientes!
Tomemos las debidas precauciones, avanza como una plaga. ¿se trata de un síndrome o de un tumor? No lo sabemos. Los entendidos la han calificado como “la epidemia de una exacerbada exaltación vivencial de ilusiones y esperanzas” ¡Vaya por Dios! Dicho más simple, para que nos entiendan incluso los bebés: es un complejo de estrella. Así de simple: estrellitis. Y además aguda.
La estrellitis es una enfermedad saludable que suministra luz y calor. Luz para las inteligencias y ráfagas de amor para los corazones. Requiere arder en la verdad y repartir sus llamaradas a los cuatro vientos. La luz del optimismo y el calor del buen humor. Si tienes estrellitis no te dejes extirpar este tumor. ¡Contagia!