Socialismo del siglo XXI

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Es la nueva propuesta social lanzada por el presidente de Venezuela. Aunque aún falta definir qué significa esto, sería una lástima volver al pasado para cometer los mismos errores que tanto sufrimiento y muerte causaron los regimenes socialistas de corte marxista. ¿Se tratará de la misma gata con distinto moño? El tiempo nos lo dirá. Pero, por ahora, no está de más recordar que existen unos principios morales perennes recogidos en la doctrina social de la Iglesia que se deben tomar en cuenta si no se quiere engendrar un esperpento social. Dentro del contexto del bien común y el destino universal de los bienes se incluye la primacía de la persona con todos sus derechos y deberes. El hombre tiene derecho a vivir en paz y tranquilidad sin estar soportando amenazas e insultos. El derecho a la educación según sus propios principios. El derecho a tener oportunidades de trabajo y no vivir bajo un paternalismo estatal que anula la libertad de elección. “El trabajo dignifica al hombre”, nos lo dijo muchas veces Juan Pablo II. Y el deber de colaborar al bien común a través del ejercicio responsable del propio trabajo, sin concentrar en el poder del Estado lo que los individuos y comunidades intermedias pueden realizar con su propio esfuerzo. En definitiva, un cuerpo sano guardar equilibrio en todos sus miembros. No todo es fuerza.