Shoppings

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Una amiga acaba de regresar de sus vacaciones en los Estados Unidos. Visitó unos espectaculares parques de diversiones en compañía de su esposo y de sus hijos. La alegría de convivir y disfrutar en familia de personajes como Mickey Mouse, Dumbo, Tribilín es indescriptible. Lo dramático del viaje ocurrió cuando llegó el día asignado a las gigantes tiendas de comercio, los famosos shoppings. Auténticas ciudades comerciales con miles de tiendas donde puedes encontrar hasta lo inimaginable. Tiendas de varios pisos especializadas en bolsos de señoras con modelos de todas las formas y tonalidades. Allí fue cuando ella me dijo que se sintió extraña, porque todo la empujaba a comprar, comprar, comprar, mucho o poco, lo que sea, pero que experimentaba una necesidad por aprovechar la ocasión para adquirir elegantes vestidos, botas, útiles para la casa, regalos para la familia. Ella también veía que la gente salía cargada con enormes bolsas de las tiendas. Se detuvo un momento para analizarse y se dio cuenta de que todo aquello la turbaba, le quitaba la paz. Recordó que: “rico no es el que tiene muchas cosas, sino el que mucho necesita” y ella tenía lo más valioso, su familia, no los objetos materiales.