San Maximiliano Kolbe

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Nunca dejará de impactarnos el sacrificio que hizo san Maximiliano Kolbe, aquel sacerdote católico que durante el régimen nazista ofreció su vida por otro hombre en los campos de concentración de Auschwitz. Recluido con miles de compatriotas, esencialmente judíos, se le tatuó con el número 16 670 y se le destinó al bloque 17. Compartió la vida de los internos, es decir, apilar los cadáveres que salían de las cámaras de gas con destino a los hornos crematorios, soportar los malos tratos de los guardias y las habituales vejaciones a la dignidad humana. Un día, un preso se fugó y comenzaron de inmediato las torturas a sus compañeros. Se decidió dar un escarmiento ejemplar y mandaron a diez hombres del bloque a las “celdas de hambre”, en donde permanecerían hasta morir de inanición. Maximiliano no estaba entre los elegidos, pero uno de ellos llamado Francisco Gajowniczek suplicaba clemencia pues tenía esposa e hijos. El padre Kolbe salió de la fila y pidió ocupar su lugar. -¿Quién eres? y ¿por qué lo haces?- preguntó el comandante. –Soy sacerdote católico y lo hago porque soy viejo y enfermo-. Ante un hombre como este, ¿es posible añadir algo más?