Pero si es aún muy niña

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Hace unos días recibí la gentil invitación a comer con unos amigos. El ambiente era ameno y acogedor y antes de pasar a la mesa la señora de la casa quiso mostrarnos su apartamento como muestra de cordialidad y confianza. Se trataba de un hogar bien arreglado y por donde pasábamos nos mostraba los elementos más valiosos en lo afectivo o en lo decorativo. Todo iba bien hasta que en una esquina nos topamos con un enorme bulto cubierto por mantas. La señora se acercó a él y con tono de melancolía descubrió una de las esquinas. Se trataba de una nevera nueva. ¡Es de mi hija! Añadió. El novio y ella están comprando las cosas para casarse. Y sin disimulo o casi a modo de queja, exclamó: ¡pero si es aún muy niña! ¡Apenas está en la universidad! Me parece un sueño que mi hija se esté preparando para casarse. Así es la vida, de repente nos despierta del sueño en que creíamos que los hijos son eternos. Nunca nos parecen lo suficientemente grandes como para salir de casa. Aprovecha ahora el tiempo en que los tienes a tu lado para convivir, gozar e incluso, pelear con ellos. Mañana su corazón volará a fundar otro hogar.