Para llegar a viejo 

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Dice un refrán popular: “si quieres llegar a viejo, mantente lejos de los médicos”. Antes de Hipócrates, la medicina era de chiste. Cuando a uno le dolía una muela, decían que un mal espíritu lo sometía. Si llegaba la fiebre, se debía a los malos pensamientos. Y si la suegra se enfermaba de repente, era por un favor especial de los dioses. Todo se explicaba por causas ocultas. Con Hipócrates (460 a.C.-375 a.C), padre de la medicina, comenzó a existir como método racional para sanar las enfermedades. Realizó un código ético para que todos los jóvenes que quisieran ejercer esta profesión, procedieran con rectitud de intención con el único afán de hacer el bien a los demás. Les pongo unas líneas para que recuerden porque vigen hoy en día: “Utilizaré mi ciencia sólo para ayudar a los pacientes, nunca con la intención de causar daño o dolor. A nadie daré un veneno aunque me lo pida o sugiera. Tampoco daré abortivos a ninguna mujer con el fin de cortar el embarazo. Consideraré sagrada mi vida y mi arte”.