Padre por vocación 

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

A raíz del reingreso del Santo Padre al policlínico Gemelli, muchas personas vuelven a preguntarse por qué razón el Papa no renuncia y deja a otro en su puesto para que siga impulsando a la Iglesia. Incluso alguno ha llegado a tildar de crueles a los cardenales que lo asisten por obligarle a cumplir con una agenda exigente de trabajo en lugar de hacerlo descansar o en el mejor de los casos retirarse. Aunque Juan Pablo II ha respondido en varias ocasiones a esta inquietud, me parece importante no olvidar que el Papa es para todos los católicos un verdadero padre, y como a un padre se le debe respeto, cariño, veneración. Es padre por vocación, no por función. ¿Qué pensaría usted del hijo que viendo a su padre anciano y enfermo lo jubila y lo deja de reconocer como tal por la única razón de que ya no trabaja como trabajó a lo largo de toda su vida? Un padre es quien nos enseña cómo se debe afrontar la vida en sus inicios, en la juventud, madurez y también la vejez, cuando el cuerpo ha dejado de ser robusto y fuerte. ¿O será el hijo tan insensato para olvidar que él también será viejo algún día? ¡Cuánta gratitud debemos a este nuestro querido y amado Santo Padre! Ad multos annos.