Mi pequeño Irak

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Son muchos los politólogos y analistas que califican a la guerra de Irak como un grande fracaso en cuanto a la forma y en cuanto a las consecuencias que esta guerra está acarreando a los Estados Unidos y al Reino Unido. Apelando a un principio inmoral, como es la guerra preventiva, se lanzaron a invadir un país a un alto costo humano, económico y cultural. No escucharon o no tomaron en cuenta la voz del moralista que es quien te dice si una acción es buena o mala. El hombre y en consecuencia los pueblos tienen una innata capacidad para percibir la verdad o la mentira de las acciones, así como la bondad o maldad de las mismas. Esta misma guerra se está librando a nivel del aborto. ¿De qué sirven los avances científicos si no prestan oído a la voz de su propia conciencia, de su propia naturaleza que grita y clama: ¡Esto está mal! Y como juzgar y hablar del prójimo es la cosa más sencilla del mundo, ¡cuánto nos puede ayudar el analizar la moralidad de nuestros actos en el ámbito personal, en la esfera social, en el campo familiar o económico. Yo mismo puedo estar fraguando mi pequeño Irak cuyas consecuencias no dejarán de ser igualmente nefastas. ¿Qué nos queda? Apostar siempre por el bien y la verdad.