Los zapatos del otro

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

El mundo de las relaciones humanas resulta siempre muy complicado. Antes existía un manual de relaciones sociales de Carreño que era tan conocido como el catecismo de Ripalda. Allí se enseñaba cómo se debía saludar, cómo servir una mesa, cómo tratar a una persona adulta, cómo usar el pañuelo y hasta cómo participar en una conversación. Elementos tan importantes como el saber de corrido el padre nuestro o los diez mandamientos de la ley de Dios. Hoy en día esto ya no funciona y cada uno se comporta como quiere. Se prefiere la informalidad a la etiqueta, la familiaridad al protocolo. Y como a nadie le gusta tampoco que le impongan modelos de comportamiento, ¿cómo se puede salvar lo que aún se conserva de civismo? Además de la educación que se recibe en el hogar, del respeto por los demás sin distinciones y del aprecio hacia cada persona, es muy importante saber ponerse en el lugar de los demás. Porque posiblemente un hombre pueda ignorar que cuando camina por la calle con una dama le debe ceder la parte interna de la acera, pero sí se pone en el lugar de la dama, es muy probable que acierte. Estoy convencido de que no abundan las malas intenciones, sino de que se hiere y lastima por no ponernos en los zapatos del otro