La tolerancia

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Cada día se pone más de moda la palabra tolerancia. Escuchamos decir que los papás deben ser más tolerantes con los hijos, que debemos ser tolerantes con los que tienen otras creencias religiosas u otras tendencias políticas. El respeto hacia cada persona, incluso quien difiere de mi forma de pensar, es un principio fundamental de la convivencia humana. Ahora bien, no debemos caer en el error de que en nombre de la tolerancia, se caiga en el indiferentismo o en el relativismo, que son cosas muy diversas. “Que el mundo piense lo que quiera, con tal de que no me perjudique a mí”, esto es indiferencia. “Cada uno tiene su propia verdad y no puedo pretender que el otro piense como yo pienso”, esto es relativismo.
Dijimos que se debe respetar a las personas, pero no necesariamente se tiene que tolerar sus ideas. Te respeto a ti, pero tus ideas tienen que ganarse mi respeto. Algunas ideas las puedo aceptar, otras las tendré que rechazar. La auténtica tolerancia no exige que abandonemos nuestras convicciones. Puede ser que alguno defienda el aborto, el divorcio, las uniones de hecho, la esterilización, pero si yo no pienso así, la auténtica tolerancia me manda no transigir con esa forma de pensar, antes bien, disentir con firmeza y convicción sin renunciar a mis principios