La risa

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Uno de los tesoros que todos poseemos y que no cuesta dinero es la risa. La risa es un regalo de Dios que libera de tensiones y aleja la tristeza. La risa es signo de la racionalidad del hombre y por lo mismo, todo lo que vaya contra una sana lógica, produce risa. Tal es el caso de los innumerables chistes que se cuentan en las reuniones. La hija de unos amigos me preguntaba cómo se dice metro en alemán: -suben estrujan empujan bajan-. Es también muy recomendable saberse reír de sí mismo, sobre todo cuando uno comete un error o torpeza como puede ser el resbalarse por la calle o el morderse la lengua. A través de la risa hacemos descansar a los demás y divertirse. Es también buena estrategia para iniciar una relación o para expresar sentimientos profundos de gratitud, comprensión, cariño o perdón. No obstante, la mejor de las risas son las que nacen del rostro de los niños pequeños. Esas sonrisas tienen un valor inestimable. Pero qué pena da encontrarse con personas que hacen mal uso de la risa, por ejemplo cuando se utiliza para burlarse del prójimo, sobre todo de sus defectos físicos o cuando brotan como fruto de comentarios obscenos o peor aún, de la propia desvergüenza. En la sonrisa se desvela la nobleza del corazón o su miseria.