La prueba del tiempo

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Entre los muchos valores humanos que pueden adornar a una persona, ¿cuál considera usted que es el principal? Pensando y meditando, considero que la virtud que supera a las demás es la fidelidad. El mantenerse fiel a un amigo, el ser fiel a la palabra empeñada, el ser fiel en los negocios y en las tareas confiadas, el ser fiel en el noviazgo y en el matrimonio, el ser fiel a Dios y no andar cambiando de religión como si de un juego se tratara. Y tengo para mí que la fidelidad es la más excelsa de todas las virtudes porque sólo se puede ser fiel en el tiempo. El tiempo es la prueba de la fidelidad. Es fácil permanecer fiel un día, sobre todo cuando las cosas marchan bien, cuando todo resulta agradable a nuestros gustos, pero ¡qué difícil resulta ser fiel en la adversidad! Cuando tu amigo cayó en desgracia, cuando tu novia resulta caprichosa, cuando tu esposo es medio cochino, cuando consideras que el éxito de tu patrón depende de tu trabajo, cuando la secta de moda toca a las puertas de tu casa. Cuando sobrevienen las dificultades, es entonces cuando vale la pena ser fiel. Yo diría que la fidelidad es no sólo la más egregia de las virtudes, sino la suma de todas, con destellos de divinidad.