Jugando a ser dios

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

El año nuevo nos saluda con la noticia de que ha nacido Eva, la primera niña clonada. ¡Vaya manera de empezar el año! Si es verdad esto que dicen, porque aún no hay nada probado, que tristeza nos produce la noticia y qué abuso tan infame se ha cometido. ¿Es lícito clonar seres humano? Claro que no. Porque significa manipular la genética para satisfacer tus propios intereses. Estamos asistiendo a la forma más cruel de esclavitud.
La vida es un don de Dios que el hombre sólo puede agradecer y respetar. La ciencia tiene un límite y si lo rebasamos volveremos a escarmentar como en Hiroshima o Nagasaki. Si el hombre no tiene derecho a suprimir la vida, (aborto) cuánto menos lo tiene para manipularla a su gusto. Porque si los hombre no somos dueños de la propia vida ¡cuánto menos de la vida de los demás! El dueño de la vida es Dios. En 1995 yo escuché en Italia una entrevista a la primera niña nacida en probeta y al final le preguntaron: ¿qué sentía ser la primera niña nacida en probeta? Ella contesto: Sientes que muchos vienen a verte, te miran, te tocan, pero ninguno se preocupa de ti. ¿No es inhumano abrogarse el derecho de quitar a un ser humano el derecho natural a tener un papá, una mamá y un hogar? Esa niña inspiraba lástima.