Historia de Amor

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Una de las características del amor es que no se compra, no se regala, no se le da a nadie de golpe, sino que nace, va creciendo entre dos corazones, se va fortaleciendo en el interior de las almas hasta llegar a fusionar a los amantes en un solo espíritu. El tiempo es el alimento del amor. Cada vivencia, detalle, susto, olvido, sorpresa… se convierte en una parte esencial de esa historia de amor. El amor recuerda con embeleso el pasado, los momentos de dicha y felicidad, los de dolor y lágrimas, los de intrepidez vividos junto a la persona amada. Y sólo el amor sabe mirar hacia el futuro con esperanza. Para uno que no ama, el pasado no deja de ser una ocasión, un evento, una aventura pasajera carente de sentido en la mayoría de las veces. Me parece que desde esta perspectiva se puede entender por qué el divorcio causa tanto daño. Porque el amor viene a ser como una amalgama entre los amantes, un tronco con dos ramas que el desgarre de una de ellas, acarra consigo la muerte del otro. El amor finalmente, no muere, no conoce ocaso, sino que salta hacia la eternidad, hacia la posesión eterna del amado.