Gota a gota, la vida se agota.

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Los verdes dicen que se está acabando la comida, que habemos tantos hombres que el espacio resulta insuficiente, que la capa de ozono está más perforada que un queso gruyere, que cada vez se calienta más la tierra. En fin, todo se acaba. Y al parece el tiempo también se nos escurre de entre las manos y no nos alcanza la vida para hacer ni la mitad de lo que una vez soñamos realizar. Si el día tiene 24 horas y cada hora 60 minutos, serán 1440 minutos al día. ¿Cuántos de estos minutos los aprovechas para amar, para hacer el bien, para hacer felices a los que te rodean y no para perderlos en balde? Unas cuantas gotas de agua pueden llenar un vaso de agua como también pueden perforar una piedra. Un minuto de tu vida puede ser oportunidad de alegría y felicidad si lo sabes aprovechar. Todos los minutos de tu vida son importantes. Todos necesitamos del agua para sobrevivir, así también todos necesitamos de tus minutos para descubrir el amor de Dios. Cada minuto, cada gota debe dejar huella por donde va pasando. Hoy, como hace unos siglos atrás, el agua constituía la parte esencial de los hombres, pero no lo era todo, ya que lo esencial del hombre es la vida. Por consiguiente, ten siempre presente que minuto a minuto la vida se agota.