Examen de conciencia

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Una de las buenas costumbres heredadas por nuestros abuelos es la de hacer un breve examen de conciencia antes de irnos a dormir. ¿Cómo viví este día? ¿Qué hice bien, qué hice mal? ¿Qué acciones buenas realicé? ¿Qué propósito tengo y si lo cumplí? Agradecer a Dios los beneficios con una oración y retirarnos a descansar. Yo me he encontrado en hogares que lo hacen en familia al finalizar la comida. Espontáneamente diciendo cada uno los motivos por los cuales hay que agradecer y aquello por lo que es preciso pedir perdón. Paul Claudel tiene una oración muy bella que te comparto: “Llegó la noche. Ten piedad de mi, Señor, en este momento en que, habiendo acabado mi tarea, con las manos cansadas y con el alma limpia, puedo decirte, ¡acabé mi jornada! He sembrado el trigo y lo he recogido. Y de este pan que he hecho, han comulgado mis hijos y mis amigos. Por hoy he terminado. Vivo en el quicio de la muerte y una alegría inexplicable me embarga”.