El relojero

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Son muchas las formas como se ha definido al hombre, comenzando por el “homo sapiens”, pasando por la concepción clásica de “sustancia individual de naturaleza racional” de Aristóteles. Para los existencialistas “el hombre es un ser para la muerte” y para los futuristas “el hombre es un vector”. Hoy me parece que podemos añadir una nueva definición del hombre, como “el relojero” porque es el único ser que se la pasa consultando el paso del tiempo a lo largo de su vida. El reloj nos recuerda que la vida la tenemos prestada y que pasa fugazmente. El reloj nos examina sobre el sentido que le estamos dando a nuestra vida y nos reclama que no podemos dejarla correr sin dejar huella. Nuestra vida no puede pasar como el agua de río, sino como agua de lluvia que empapa la tierra, hace germinar las semillas y se trasforma en alimento. El reloj es también, para mí, una prueba patente de la existencia de Dios y de la vida eterna, porque nos ubica en el tiempo de frente a la eternidad. Contamos no sólo lo que tenemos, sino lo que nos resta de vida de cara al –no tiempo-, es decir, a la infinidad de Dios. Ojalá que cada vez que mires tu reloj, te encuentres dando un sentido de ser a tu vida.