El héroe ignoto

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

La historia de la humanidad está toda ella entretejida por guerras de todo tipo, condición y circunstancia, pero al fin y al cabo guerras. Inherente a las guerras aparecen los buenos, lo malos y los héroes. Estos últimos son aquellos que encarnan en sus vidas la realización de los más altos y nobles ideales al que un corazón puede aspirar. Hombres o mujeres que transmiten en cada gesto o palabra una gran claridad de ideas, firmes convicciones, serenidad a toda prueba aún en medio de las más terribles adversidades. Hombres que inspiran dignidad y respeto ante superiores y súbditos, que dejan huella a través de sus palabras y que son capaces de arrastrar a otros a luchar por la misma causa. ¿Quién no recuerda la sagacidad de Anibal; la audacia de Erwin Rommel, el zorro del desierto; el valor del Cid Campeador; el arrojo de un Hernán Cortés; el espíritu de superación de un Napoleón; al gran estratega Solimán el magnífico o sin ir más lejos a Juan Pablo II el grande? El mundo de hoy está muy convulsionado y sigue ofreciendo magníficas oportunidades para que se susciten los nuevos héroes que quieran comprometerse por la paz, la justicia y la verdad y sean capaces de darle una vuelta al rumbo de la historia, pero al parecer hay escasez de estos hombres. ¿Hasta cuándo vamos a seguir esperando?