Carta a Dios

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Escucha Dios... yo nunca había hablado contigo, pero hoy quiero saludarte: ¿Cómo estás? ¿Sabes...? Siempre me dijeron que no existías y yo... ¡Tonto de mí! Creí que era verdad. Yo nunca había contemplado tu gran obra, y anoche, desde el cráter que cavó una bomba, vi tu cielo estrellado y comprendí que había sido engañado. Yo no sé si Tú, Dios, estrecharás mi mano esta noche, pero, voy a explicarte lo que he hecho en la vida y sé que me comprenderás... Es bien curioso: en este horrible infierno he encontrado la luz para mirar tu faz. Después de esto, no tengo mucho qué decirte. Tan sólo que me alegro de haberte conocido. Está sonando nuevamente la sirena y debo irme. La lucha será cruenta y quizá esta misma noche llamaré a tu puerta. Aunque no fuimos nunca amigos ¿me dejarás entrar si hasta ti llego? Pero... ¡si estoy llorando! ¿Ves, Dios mío? Se me ocurre que ya no somos extraños. Bueno, Dios, debo irme. ¡Buena suerte! Es raro, pero ya no tengo miedo a la muerte. (Carta encontrada en el bolsillo de un soldado muerto durante la segunda guerra mundial)