Buen Samaritano

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

El dolor en la vida del hombre es y será siempre un gran misterio que todos experimentamos de una o de otra manera. Dolores físicos unos, morales otros, sin embargo, de la sombra de la cruz no se escapa nadie. También es cierto que el dolor nos aterra, nos produce miedo y a todos nos provoca salir corriendo para evitarlo de cualquier modo. Pues bien, yo conocí a una bellísima persona, encantadora, que durante muchos años ha tenido que soportar varias enfermedades y terribles sufrimientos. Con voz apacible me decía: - yo he aprendido a convivir con el dolor-. Debo confesar, que desde que recibí esta lección, cada vez que me viene un pequeño sufrimiento, problema, adversidad o inconveniente, pienso en ella y de inmediato saco valor y fuerza para sobreponerme a mí mismo. ¿Qué es el dolor sino el lenguaje del amor? El cuerpo clama con alaridos de dolor cuando alguno de sus miembros está enfermo; el corazón llora cuando no ha sido amado, cuando ha sido olvidado, maltratado, ofendido... Buen samaritano es aquella mujer que con su ejemplo me enseñó a cargar con mi propia cruz.


¡Oh cruz, inseparable compañera
de los dulces años de mi padecer por mi Dios!

Primero te sufrí con paciencia.
Después te llevé con gusto.
Hoy te abrazo ya con amor...