Mandamientos de Dios

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín


En el estado de Alabama (EE.UU) un juez ha sido suspendido de su cargo por negarse a retirar un monumento a los diez Mandamientos, presente en la sala del Tribunal Supremo. El juez Roy More manifestó que esta decisión forma parte en EE.UU. de una costumbre de “ocultar que Dios es el fundamento moral de la Ley”.

Parece ser que tanto Dios como sus Mandamientos, estorban, no sólo en algún estado de América

sino también en muchos sitios del mundo y también de España.

En el mundo y sociedad en que vivimos suena raro y hasta resulta molesto oír y hablar de mandamientos. Gusta más oír y hablar de libertad y de derechos humanos. Se olvida, fácilmente que todos tenemos derechos, pero también obligaciones. Si somos libres ,somos también responsables. Es decir , hemos de responder ante alguien , del uso o abuso que hacemos de nuestra libertad. El ser libres no supone que seamos independientes. Dios, el Creador de todo , ha querido poner su santa Ley - sus mandatos-al hombre ,dotado de libertad ,para que éste reconozca su condición de criatura y obedeciendo su Ley ,llegue a realizarse plenamente , según el plan divino. El decálogo no es una barrera que coarte la libertad, sino un cauce ,una vía ,un camino de vida para el hombre, siguiéndole , llegue a su meta.

Lo que las vías son para el tren, son los mandamientos para el hombre. Si el tren se sale o pretendiese marchar sin las vías ,no llegaría a parte alguna .Lo mismo pasa al hombre que se sale del camino que Dios le ha trazado y que todos llevamos grabado en nuestro corazón .Descarrila y fracasa en la vida. Sólo somos felices y nos realizamos ,en la medida que ,libre y voluntariamente , seguimos el camino que Dios nos ha trazado a toda la humanidad . 

Jesucristo ,el Hijo de Dios ,al joven rico que le preguntaba qué tenía que hacer para salvarse ,le contestó taxativamente que cumpliese los mandamientos. Jesús, el hombre libre por excelencia, vino a hacer no su voluntad ,sino la de su Padre del cielo, aprendiendo a obedecer en todo y así realizó el plan divino de la salvación universal.