La misa y las buenas personas

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín

 

 

Está bastante arraigada entre amplios sectores de bautizados la disculpa o justificación ante otros, de su inasistencia a la misa dominical. Sabido es que la eucaristía es el centro de la vida de todo cristiano. 

Hoy, a pesar de las facilidades que la Iglesia ha dado para poder participar los sábados y vísperas de fiesta a quienes no puedan de otro modo, el hecho es, que gran parte de católicos no cumplen con este primordial deber de su religión.

Una de las disculpas más comunes es la que dicen:”Es que para ser buena persona no hace falta ir a misa”. Generalmente, entienden estos tales por buena persona no robar ni matar y poco más, cosas todas negativas. No han descubierto el valor inestimable y positivo de la santa misa por ignorancia, prejuicios o imposiciones de tiempo pasado.

Hora es ya que se planten los cristianos de verdad qué es para ellos la eucaristía y si ante Dios y su propia conciencia pueden seguir considerándose buenas personas los que habitualmente descuidan este primordial deber.

Poco compromiso cabe esperar de los que en su vida personal, familiar, social y católica no cumplen con esta concreta obligación. Responda cada uno con la mano en el corazón.