Cristo nuestra paz

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín


No hay verdadera paz ni en España, ni en el mundo. Los esfuerzos humanos han resultado ineficaces. 

Inicio mi reflexión con unas cuantas obviedades: 
- Es un hecho incuestionable. No hay verdadera paz ni en España, ni en el mundo. Los esfuerzos humanos han resultado ineficaces. Ni los pactos, ni los discursos, ni la apelación al deseo global de paz, ni el recurso a la violencia, a la venganza o la prepotencia de las armas o del dinero, han dado fruto satisfactorio. 
-En muchos puntos de la aldea global, se vive sobre un polvorín, capaz de explosionar en cualquier momento con imprevisibles e imparables consecuencias de todo tipo para la humanidad entera. No es necesario concretar puntos ni situaciones, tremendamente conflictivas, que están en la mente de todos. 
-El panorama global, es de tal gravedad, que –a pesar de la propaganda y mensajes de los líderes mundiales e incluso de los organismos internacionales- no está ni podrá estar bajo control. La realidad va a desbordar cualquier intento de encauzamiento o cese. Una vez iniciada la posible 3ª guerra mundial, será la última. Esto no será ciencia-ficción. No va a haber ni vencedores ni vencidos. La humanidad entera, sin excepción, sufrirá las horribles consecuencias. Hasta los supervivientes, caso de que los hubiere, desearán haber desaparecido como los demás. 
-Humanamente hablando, en ningún continente ni en la generalidad de las naciones, existen motivos de optimismo de que la situación vaya a mejorar, sino todo lo contrario. Parece que una locura colectiva se ha desatado por doquier . A diario, los medios nos presentan no una ola, sino un maremoto de violencias, sangre, muertes y guerras que nos van insensibilizando poco a poco por lo repetitivo y habitual. Nadie será espectador del evento. Ya se nos está entrenando para el posible conflicto que nos implicará a todos. 
-Si alguno de los que han leído estas consideraciones, las tacha de exageradas, pesimistas o alarmantes, sería de agradecer que, ese tal, tras pausada reflexión, nos diera argumentos, motivos y razones a los demás, en contrario. Que hablase o escribiera sobre su visión optimista, esperanzadora o idílica del mundo actual, para tranquilidad de todos. Este es un verdadero reto. 

Tras estas consideraciones, que me he atrevido a hacer públicas, quisiera ahora, con idéntica franqueza y sinceridad, proclamar a los cuatro puntos cardinales, dónde puede encontrar esta pobre humanidad tan zarandeada y enferma, un atisbo de esperanza y confianza a pesar de todo. 
Cuanto sigue, lo digo bajo mi condición de sacerdote católico, de cristiano y de persona profundamente creyente en la Providencia amorosa y justa de Dios, uno y trino, el Señor de la Historia, el único que a través de su Hijo Jesucristo conduce los destinos de la humanidad y capaz de salvar-contando con la colaboración de sus criaturas- al mundo entero. 
Para cualquier cristiano es algo obvio que Dios es todopoderoso, que es infinitamente bueno y a la vez justo, que escribe derecho con renglones torcidos, -aunque no lo entendamos la mayor parte de las veces- y que busca el bien y felicidad de sus elegidos. 
El nos ha hablado de mil modos y maneras a través de los profetas en el A.T. ; de su amado y único Hijo, Jesucristo, Palabra de Dios hecha hombre y de su palabra escrita en el N.T .y ahora nos sigue hablando por los signos de los tiempos y acontecimientos de la vida. 
Pues bien, Jesucristo aparece y se nos muestra a través del Evangelio como el dador de la auténtica paz. ”Mi paz os dejo mi paz os doy.”( Jo.20,20-22). 
La paz que buscan los hombres no es la paz de Dios. Esta no se da sin el perdón y es fruto de la justicia, según enseñó Juan Pablo II. 
He aquí una pregunta trascendental : 
¿ES POSIBLE, AQUÍ Y AHORA, LA PAZ DE DIOS?. 
Todos los católicos con todos los demás hermanos de las diversas confesiones cristianas decimos rotundamente –sin ningún género de dudas-que SÌ. 
Proclamamos nuestra seguridad, no en nuestras certezas humanas, sino en las promesas de Dios: Vendrá la paz al mundo ... 
1-SI RECURRIMOS A JESUCRISTO EN LA ORACIÒN INSISTENTE Y CONFIADA, ANTE SU REAL PRESENCIA EN LA EUCARISTÍA Y EN EL SMO. SACRAMENTO DEL ALTAR. 

*LA ORACIÓN DE FE LO PUEDE TODO. Es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios. 

*EL PAPA PODRÌA MANDAR A TODA LA IGLESIA LA ORACIÓN ANTE CRISTO EUCARISTÍA. Día y noche, en todas las iglesias, catedrales, parroquias, capillas, conventos etc del mundo. Por los días, semanas o meses que él señalase, con el mandato explícito -lo puede hacer por su autoridad reconocida- de obediencia, a todos los obispos, sacerdotes, religiosos y fieles católicos. 
Este acto de oración universal ante el Smo.Expuesto, NUNCA se ha hecho en el mundo cristiano, como tampoco se habían hecho las reuniones de Asís. 
De acuerdo que es algo insólito, único y ocasional ..,pero dadas las graves circunstancias que atraviesa el mundo, es necesario intentar todo -desde la fe en Jesucristo- único mediador entre Dios y los hombres- a fin de que Dios se compadezca de esta pobre humanidad y por medio de su Hijo Jesucristo nos conceda a todos el don de la verdadera paz. 
2-SI RECURRIMOS TAMBIÉN A MARÍA SMA. REINA DE LA PAZ 
*ELLA, QUE ES LA OMNIPOTENCIA SUPLICANTE Y MEDIANERA DE TODAS LAS GRACIAS, obtendrá de su divino Hijo el don de la paz duradera y universal. 
*ELLA ANUNCIÒ EN FÁTIMA –LAS DOS CONTIENDAS MUNDIALES, PIDIENDO ORACIÓN Y PENITENCIA. No la hicimos mucho caso y sufrimos las consecuencias. 
3-SI SE DA UNA SINCERA CONVERSIÒN = VUELTA A DIOS, de todos los creyentes, agnósticos, indiferentes y alejados. No podemos vivir tranquilos dando la espalda a Dios. 
Las promesas de Dios se cumplirán inexorablemente, si nos volvemos a El. “No quiero la muerte del pecador, sino que se convierta y viva feliz”. “Tanto amó Dios al mundo, que nos envió a su único Hijo Jesús, NO PARA CONDENAR AL MUNDO, SINO PARA SALVARLO POR MEDIO DE ÉL”. Que nadie dude de la Palabra del Señor. 
“EL CIELO Y LA TIERRA PASARÁN, PERO MI PALABRA NO DEJARÁ DE CUMPLIRSE.”