Asís-El Papa-Ecumenismo

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín

 

 

Lejos de enjuiciar este gesto papal con cierta desconfianza y recelo, habría que buscar en él la clave de su realización. No puede existir más motivación que el celo audaz e inspirado de S.S. Juan Pablo II, a quien le quema el alma el ver y comprobar el panorama actual del mundo -destrozado y sangrante por multitud de guerras y contiendas en tantas partes y latitudes - y el ansia incontenible de querer llevar a Cristo-dador de la auténtica paz de Dios - a todos los hombres.

A no pocos cristianos les ha podido parecer confuso y en cierto modo escandaloso el gesto inusual -único en la historia de 20 siglos de la Iglesia-y, llamativo por demás, de S.S. el Papa Juan Pablo II, convocando en Asís a los líderes mundiales de las principales religiones para rezar por la paz. Es la segunda vez que Juan Pablo II, rompiendo moldes ,personal y audazmente, realiza tan insólita reunión.

A primera vista podría parecer un acto sincretista, inexplicable para un católico convencido de que su religión es la fundada por Cristo sobre Pedro y los apóstoles y por lo tanto la única verdadera entre tantas que, al presente, tienen carta de naturaleza en la aldea global.

Lejos de enjuiciar este gesto papal con cierta desconfianza y recelo, habría que buscar en él la clave de su realización. A mi corto entender y saber, no puede existir más motivación que el celo audaz e inspirado de S.S. Juan Pablo II, a quien le quema el alma el ver y comprobar el panorama actual del mundo -destrozado y sangrante por multitud de guerras y contiendas en tantas partes y latitudes - y el ansia incontenible de querer llevar a Cristo-dador de la auténtica paz de Dios - a todos los hombres.

Otra motivación que ha movido a S. Santidad ha sido el llevar a la práctica la enseñanza conciliar del Vaticano II al respecto."No hay vuelta atrás en el camino del ecumenismo" ha dicho con gran énfasis y rotundidad el Papa Juan Pablo II.

Para los que la desconocen o la han olvidado, he aquí lo que enseña la Constitución dogmática Lumen Gentium sobre este tema de la salvación en las diversas religiones .Merece la pena recordarlo y meditarlo en este evento histórico.

"El Padre Dios, por un eterno y misterioso designio de su sabiduría y su bondad, creó el mundo universo, decretó elevar a los hombres a la participación de la vida divina y, caídos por el pecado de Adán, no los abandonó, sino que les otorgó siempre los auxilios necesarios para la salvación en atención a Cristo redentor que es imagen de Dios invisible y primogénito de toda criatura. El Padre desde toda la eternidad conoció a los que había escogido y los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos.

Determinó reunir a cuantos creen en Cristo en la santa Iglesia, la cual fue ya prefigurada desde el origen y del mundo y preparada admirablemente en la historia del pueblo de Israel y en al Antigüo Testamento fue constituida en los últimos tiempos y manifestada por la efusión del Espíritu y se perfeccionará gloriosamente al fin de los tiempos. Entonces, como se lee en los santos Padres, todos los justos descendientes de Adán, desde Abel el justo, hasta el último elegido, se congregarán delante del Padre en una Iglesia universal.

Por su parte todos aquellos que no han recibido el Evangelio están ordenados al pueblo de Dios por varios motivos. Y ,en primer lugar, aquel pueblo a quien se confiaron las Alianzas y las promesas y del que nació Cristo, según la carne, pueblo según la elección, amadísimo a causa de los padres; porque los dones y la vocación de Dios son irrevocables.

Pero el designio de la salvación de Dios abarca también a todos los que reconocen al Creador ,entre los cuales están en primer lugar los musulmanes, que, confesando profesar la fe de Abrahán. adoran con nosotros un solo Dios, misericordioso, que ha de juzgar a los hombres en el último día.

Este mismo Dios tampoco está lejos de aquellos otros, que, entre sombras e imágenes, buscan al Dios desconocido, puesto que es el Señor, quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas, y el Salvador quiere que todos los hombres se salven.

Pues ,los que inculpablemente desconocen el Evangelio y la Iglesia de Cristo, pero buscan con sinceridad a Dios y se esfuerzan bajo el influjo de la gracia, en cumplir con sus obras la voluntad divina, conocida por el dictamen de la conciencia, pueden conseguir la salvación eterna.
Y la divina Providencia no niega los auxilios necesarios para la salvación a aquellos que, sin culpa por su parte, no han llegado todavía al expreso conocimiento de Dios y se esfuerzan con la gracia divina, en conseguir una vida recta.

La Iglesia considera que todo lo bueno y verdadero que se da entre los hombres es como una preparación al Evangelio y que es dado por aquel que ilumina a todo hombre para que al fin tenga la vida".

Un poco larga ha sido la cita, pero merecía la pena para disipar cualquier prevención de esta convocatoria de Asís ,hecha por Juan Pablo II PARA LLEVAR A CABO LO SEÑALADO POR EL CONCILIO VATICANO II.

Recemos unidos con fe todos los verdaderos cristianos para que los ingentes esfuerzos del Papa, sean bendecidos por Dios con la paz verdadera y fruto de la misma sea posible el Ecumenismo promovido por el Concilio.