Cementerios

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín  

 

 

El nombre de cementerio o campo santo, proviene del griego y su significado es igual a “dormitorio”. Es un lugar dedicado a la sepultura de los cuerpos de los difuntos, que según la enseñanza de la Iglesia, esperan, por el poder de Dios, la resurrección gloriosa y el juicio universal, distinto del juicio particular, acaecido para el alma, nada más separarse del cuerpo. El cementerio es un lugar sagrado, bendecido litúrgicamente como los lugares dedicados al culto. De muy antiguo, los cementerios se construían al lado de las iglesias, como todavía hoy se ven en muchos pueblos. Símbolo y expresión de la comunión de los santos, entre vivos y difuntos. Con la emigración de la gente a las ciudades y los naturales problemas demográficos que esto conlleva, han sido las autoridades civiles quienes mantienen los cementerios para todos los ciudadanos. He aquí lo que dice el CDC, en el canon 1240: “Donde sea posible la Iglesia debe tener cementerios propios, o al menos, un espacio en los civiles, bendecido debidamente, destinado a la sepultura de los fieles. Si esto no fuera posible, ha de bendecirse individualmente cada sepultura”. El respeto a los difuntos, que se da en casi todas las culturas, es expresión de la fe, la esperanza y caridad de los vivientes. (Continuará)