Frases provocativas de Jesús

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín  

 

 

Ignoro, amigo lector, la idea que tienes en tu mente de Jesús, el Cristo, el hijo de Dios y el hijo de María, el hombre-Dios, que sin escribir una sola línea, muriendo joven -(33 años)- pasó por el mundo haciendo el bien, predicó sólo tres años, fue condenado a muerte como un criminal, murió perdonando a sus verdugos y resucitó al tercer día según vaticinaban las Escrituras. Nadie ha puesto en duda su existencia: judío, de un pueblo insignificante de Palestina-Nazaret- (“el nazareno”). Allí vivió oculto su niñez y juventud y hasta los 30 años no se dio a conocer públicamente. Sin mujer, sin hijos, sin casa, sin dinero, con un puñado de hombres que reclutó, sin armas ni violencia, sólo con su palabra, ha hecho la revolución más grande de todos los tiempos, mejor, más bella y duradera, que han contemplado los siglos. Pocos estudiosos de su figura le niegan haber sido la persona más influyente en la Historia de la humanidad, amado con locura por millones de seres humanos y aborrecido y odiado por otros, hasta el paroxismo.
La pregunta clave en todo el Evangelio, salida de su boca ha sido y sigue siendo ésta: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?. Pregunta que a su vez, toda persona inquieta espiritualmente se hace o se ha hecho a lo largo de su vida. De su respuesta sincera y personal, depende el sentido de la vida, rumbo o conversión radical, por el que han optado la mayoría de quienes a él se acercaron.
Estarás de acuerdo conmigo que para conocer a una persona el mejor modo es el saber lo que dice y lo que hace. No quiero abrumarte con mi escrito, que no deseo se alargue en demasía. Te escribo ahora sólo tres de las palabras dichas por Jesús que a mi más me han provocado, cuestionado e influido. Helas aquí:
-“¿Qué le importa al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma y malogra su vida?”-“No todo el que dice:¡Señor, Señor¡, entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Dios”.-En punto de muerte, en la cruz:”Padre, perdónales que no saben lo que hacen” (Continuará)