Ciencia y resurrección de los muertos

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín  

 

 

En Internet el prestigioso medio “Religión en libertad”, ha publicado un curioso reportaje cuya titulación reza así:”¿Podrá la ciencia, algún día, resucitar a los muertos?”. Alude a una empresa extranjera y millonaria, que podría instalarse en el Escorial y que hará propaganda por encontrar clientes, que en vez de la eutanasia, intenten pagar su perduración a años vista. A este fenómeno, ya establecido hace años en EE.UU, están llamados clientes millonarios que hayan previsto lo que se llama su criogenización o criopreservación. No es el caso de explicar los detalles técnicos y científicos en que se basa esta singular experiencia, mediante capsulas de acero a modo de ataúdes y cuerpos congelados con hidrógeno líquido a bajísimas temperaturas. Sí cabe cuestionarse como creyentes, su aspecto religioso:¿Qué decir al respecto, desde la fe cristiana?
Lo primero y principal, es aclarar los términos usados, para evitar confusión. Nada tiene que ver la criopreservación, con el dogma de la resurrección de los muertos, basada en la revelación evangélica y el Magisterio oficial de la Iglesia. Unas puntualizaciones: Por muerte de una persona entendemos la separación definitiva del alma y del cuerpo. El alma (espíritu inmaterial) va de inmediato a la presencia de Dios; el cuerpo a su corrupción, disgregación o cremación, en espera del día de la Resurrección, al final de los tiempos. El juntarse de nuevo cuerpo y alma sólo es propio del poder infinito de Dios. Los cristianos creemos y esperamos la resurrección a vida eterna, gloriosa, como la de Jesús o a una resurrección de condena si la muerte sobrevino en pecado mortal.
Ahora bien nada tiene que ver la criopreservación( cuerpo y alma aún unidos) con la resurrección (separación del cuerpo y del alma). Una cosa es resurrección (vida eterna), otra reanimación o resucitación (Lázaro que volvió a morir), otra reencarnación( vivir varias vidas en otro ser) y otra criopreservación (muerte aparente en espera de una medicina o técnica de la ciencia que haga volver a la vida presente).
No es fácil, en la brevedad de un sencillo aporte, explicar en profundidad lo que sesudos teólogos y escrituristas desentrañan en sus estudios. Recemos el Credo y nos bastará.