Prestigio moral del Papa (JMJ)

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín  

 

 

Las personas mayores todavía recordamos a los papas tocados con la tiara pontificia sobre sus cabezas. Era el símbolo preconciliar de la alta dignidad que se reconocía al Santo Padre. En los momentos más solemnes, aparecía tocado con la triple corona de rico metal, incrustada con piedras preciosas. La tiara significaba la triple autoridad que se reconocía al Santo Padre, como Papa, Obispo y Rey. Actualmente, en tiempos de menos boato y más sencillez, se ha suplido por la mitra, como obispo de Roma que es.
El gesto de privarse el Papa de algunos signos externos, (silla gestatoria, besar sus pies, quitarse la tiara etc) no debe ser óbice para que se le reconozca, por su cargo y su misión, como la dignidad (prestigio moral) más alta en la tierra.
Para un creyente, resulta normal verle como representante y vicario de Cristo en la Tierra. No es exagerado decir que entre todos los líderes del mundo, quien tiene la máxima autoridad moral, es el Romano Pontífice.
Gracias a los nuncios y a la diplomacia pontificia, ningún gobernante tiene la visión global de los problemas y situaciones de nuestro planeta como el Papa. Es sabido que todos los obispos, cada 5 años, deben ir a Roma para informar de la marcha de sus diócesis. Si a todo esto añadimos sus intervenciones en la ONU, en organismos y sedes internacionales, casos de conflictos y guerras, su Palabra es acogida con sumo respeto.