Valioso consejo de un Santo

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín  

 

 

La azarosa vida del santo turinés (1816-1888), patrono de la juventud, S. Juan Bosco, transcurrió entre varios pontificados y los convulsos eventos políticos de la promovida independencia italiana, que se anexionó los Estados Pontificios. En tiempo de Pio IX, estalló la revolución en Roma y el Papa tuvo que huir a Gaeta, hasta su regreso a Roma el 12 de abril de 1850. El movimiento de la Unidad de Italia, promovido por el rey del Piamonte, Victor Manuel, fue en aumento. El pueblo andaba dividido. Unos a favor del Rey y otros del Papa. Las algaradas, desmanes y protestas en Turín, capital entonces del Reino, estaban a la orden del día. En este clima de exaltación y revolución, los gritos a favor y en contra se sucedían de continuo. Como el santo ejercía en Turín su ministerio sacerdotal y albergaba a muchachos mayores, les dio este valioso consejo: “Hijos míos, como buenos cristianos que sois, nada de insultos contra el Vicario de Cristo. Vosotros en vez de gritar, como otros, contra Pio IX, gritad: ¡Viva el Papa¡, sea quien sea y lleve el nombre que lleve”. Tal proceder no lo olvidaron de jóvenes como de adultos. Y esto en vida de su amigo personal Pío IX , huésped algún tiempo, en una de sus casas, como de su sucesor, León XIII, quien quiso honrar al santo con un título pontificio, cosa que rehusó por completo.